A la mitad de una clase en una Universidad, uno de los alumnos,
inesperadamente le preguntó al profesor:
– ¿Usted sabe cómo se capturan los cerdos salvajes?
El profesor creyó que era un chiste y esperaba una respuesta divertida. El
joven respondió que no era un chiste, y con seriedad empezó su disertación:
– Usted captura cerdos salvajes encontrando un sitio adecuado en la floresta
y tirando un poco de maíz en el piso. Los puercos vienen diariamente a comer el
maíz de gratis. Cuando se acostumbran a venir diariamente, Usted construye una
cerca a un costado del sitio en donde ellos se acostumbraron a venir. Cuando se
acostumbran a la cerca, ellos regresan a comer el maíz y usted construye otro
lado de la cerca…
Ellos vuelven a acostumbrarse y regresan a comer. Usted va poco a poco hasta
instalar los cuatro costados del cercado alrededor de los puercos, al final
instala una puerta en el último lado. Los puercos ya estarán acostumbrados al
maíz fácil y a las cercas, comienzan a venir solos por la entrada. Es ahí
cuando Usted cierra el portón y captura a todo el grupo.
Así de simple, en un segundo, los cerdos pierden su libertad. Ellos empiezan
a correr en círculos dentro de la cerca, pero ya están sometidos. Luego,
empiezan a comer el maíz fácil y gratis. Se quedan tan acostumbrados a eso que
se olvidan como cazar por sí mismos, y por eso aceptan la esclavitud; más aún,
se muestran agradecidos con sus captores y por generaciones van gustosos al
matadero.
El joven comentó con el profesor que era exactamente eso lo que veía suceder
en su País, en su Comunidad Autónoma, en su Ciudad, en su Pueblo.
Donde gobiernos dictatoriales, escondidos bajo el manto “democrático”, les
ha estado tirando maíz gratis por el suficiente tiempo para lograr la mansedumbre
sistemática.
Cada nuevo “gobierno salvador” disfrazando en programas de ayuda sus
limosnas, da dinero, misiones, planes, condonaciones, leyes de “protección”,
subsidios para cualquier cosa,
expropiaciones indebidas, programas de
“bienestar social”, fiestas, ferias o festivales, uniformes, útiles, transporte
“gratis”, ¡ G R A T I S !
Toda esa gratuidad que nos regalan los gobernantes y que llena de felicidad
a un pueblo acostumbrado a las migajas del maíz fácil y gratis, nos roban la
capacidad de ser críticos pensantes y personas emprendedoras.
No obstante, por supuesto que nada nos salió gratis. “No existe comida
gratis”.
Finalmente, si Usted se da cuenta de que toda esa maravillosa “ayuda”
gubernamental es un problema que se opone al futuro de nuestra patria, debería
compartir este mensaje.