El alcalde de Valencia Joán Ribo
alcalde de Valencia perteneciente al partido Compromis, en un alarde de
revanchismo histórico como va a pasar también en Madrid, quiere cambiar el
nombre a 41 calles por considerarlas “franquistas”, entre los nombres que
baraja el Alcalde están: Trece rosas ( participaron en la acción represiva
de varias cárceles de partidos políticos y tuvieron un papel importante en
las sacas cometidas para asesinar a miles de presos sin juicio alguno,
por lo que más que rosas podrían ser consideradas espinas); Pilar Soler (fundadora
del Comité de Mujeres Antifascistas); Rosa Estruch (alcaldesa de Villalonga
durante la Guerra Civil y posterior secretaria general del Partido Comunista);
y Federica Montseny (primera
ministra en España durante la II República Española, aparte de ser la promotora
de la ley del aborto), también pretende poner en dichas calles poner una placa
conmemorativa con un una breve trayectoria con un código QR en los caso que se
pueda.
Pues bien Federica Montsey en el consejo de ministros del 19 de noviembre de
1936 votó en contra de la conmutación
de la pena de muerte de José Antonio Primo de Rivera, encarcelado en la prisión
de Alicante y finalmente ejecutado. Antes de morir, el líder de
Falange fue maniatado y fusilado, disparándosele a las piernas, para
prolongar su agonía, hasta que el miliciano cenetista Guillermo Toscano
Rodríguez le disparó en la sien, según el testimonio de Joaquín
Martínez Arboleya, presente en la cárcel, o Guillermo Toscano,
recogidos en el libro Las últimas horas de José Antonio (Francisco Torres).
Otro de los nombres que quiere poner en el
callejero de Valencia es de las Trece Rosas que también serán
homenajeadas por Ribó aquellas 13 jóvenes que pasaron a la historia fusiladas
el 5 de agosto de 1939, y que tan admiradas son por la izquierda, Su
mitificación proviene, en parte, de la película de Emilio Martínez
Lázaro, Las treces rosas (2007) que las
presenta como unas mártires de la libertad. Lo que tiene poco que ver con
los hechos históricos, pero la mayoría de estas mujeres pertenecían a las
Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) considerada la rama juvenil del
comunismo en España, pero loo que muchos no saben es que esta organización
política controlaba y dirigía directamente cinco checas donde se torturó y
asesinó a cientos de personas. Se trataba de las madrileñas checas de la
calle Granada 4, de Mendizábal 24, de Raimundo Lulio, Santa Isabel 46 y la del
Convento de las Pastoras de Chamartín.