Libertad, algarabía de los sentidos

Hay quién por no llenarse de barro, cambia camino por asfalto,

libertad con riesgos por seguridad con cercos.

Quién prefiere disciplina como doctrina. Quién huye de la naturalidad y sigue rectos consejos. Hay quién por no luchar y sufrir para ganar decide vivir cómodo en su celda social, a la espera de un mañana más, que no mejor, a la espera de una muerte lenta de sillón.

Hay otros como tú y como yo, que no abandonarían una vida de paisajes y sonrisas, jugando como niños en cornisas, sentados en el borde del abismo. Jamás cambiaremos un solo palmo del camino recorrido por dejar de ser los mismos. Esta es nuestra vida en libertad, dulce algarabía de los seis sentidos. No más celdas de oro regaladas ni más leyes de mordazas camufladas. Somos insobornables, siempre damos la cara y jamás la espalda, capaces de educar sin adiestrar, de reír, de llorar, de perder o de ganar, de aprender con humildad, nómadas que morirían por la palabra dada.

Hay otros como tú y como yo, que huyen de la sensatez exagerada, de sus vidas alicatadas, de sus efectos y sus causas, de sus viles jerarquías y su podrida democracia. Que viven de la ilusión de alcanzar cualquier quimera y agitan con orgullo y pasión su negra bandera. De corazón limpio y puro, crearán un nuevo mundo, sin élites ni castas, sin ciegos ni sordomudos. Amantes de la sinceridad sin precio, que ignoran todo complejo y renacen cada día, destruyendo sus barreras y utopías.

Haz de tu vida arte, colorea cada instante, salta, baila, canta. Deja que te sorprendan, sin tabús, ataduras o vallas. Seamos en su invierno la chispa que se convierte en llama. No te vendas, no dejes que te venden ni te vendan. Esquiva y evita sus trampas disfrazadas, falsas y mortales como sus alabanzas, son burbujas de jabón en la punta de su lanza. Tierra bajo los pies, un mundo por recorrer y avanza, con paso firme, ignora todas sus marcas y no olvides que a quién mucho abarca se le acaba rompiendo la caja.

Hay otros como tú y como yo, que morirían de un solo salto al vacío y no es locura no, mi amigo, a eso le llamaron libertad tus abuelos y los míos. Libre elección, alegría, tolerancia, respeto, dignidad y autogestión, nobleza de corazón y todo llega, a quién nada espera, a quién nada a cambio entrega. Abre la mente y no las manos y respira, espera, sosiega.

Hay quién por no llenarse de barro, cambia camino por asfalto, y paga el triste peaje de ser un puto premediático, no problemático, mecido por la cultura del miedo, que no cultiva más que ego, temeroso del sistema y de sus perros. Políticamente sumiso y correcto, que se postra a cambio de dinero, con el que adquiere ratoneras como techo, gilipolleces inservibles que le meten en el seso.

Amantes del redil y sus afines, de la sopa boba, del lerdismo y la comodidad más asquerosa, hacednos un favor, no os molestéis, no nos esperéis

 

Logan, Pensamientos y Otros Cuentos