Breves palabras ante mi primer reparto de comida.

Este domingo he estuve en el HSM a eso de las 11 de la mañana para ir preparándolo para que cuando llegase la gente estuviera todo ordenado, eso sí pasando calor que se aliviaba bebiendo agua que traían los que están in situ viviendo en él.

 

El reparto se empezó alrededor de las 13 horas y según iban viniendo gente a por la comida que el Gobierno les niega, y que después los lacayos televisivos lo tachan de xenófobo, racista o discriminatorio para los inmigrantes, decirles a estos periodistas, que como muchas veces ha dicho la portavoz del HSM en las tres ocupaciones pacificas (no como la de los guarros), que a los inmigrantes no se les niega la ayuda, que para eso existen otras oenegés que solo se dedican a ayudar exclusivamente a extranjeros, y que cuando acuden al HSM, los responsables les indican el sitio donde pueden ir a pedir ayuda dándoles la dirección exacta, también decir que me ha impresionado bastante el haber pasado esta jornada junto a unas grandes personas y mejores camaradas que, dedican su tiempo y dinero a ayudar a los españoles que son olvidados por el sistema que dice defenderlos.

 

En el segundo lugar ocupado, me sorprendió la pequeña entrevista que le realizan a un ecuatoriano de un taller de coches, en la que resalto la pregunta que realiza el entrevistador y la respuesta que le da el hombre:

 

P-: ¿Está usted de acuerdo en que solo se de comida a los españoles? 

 

R-: Lo veo completamente normal, ya que yo haría lo mismo en mi país si tuviera la ocasión.

 

Después de esta respuesta el reportero se queda con una cara de tonto que ante esa respuesta no puede decir nada.

 

Espero y deseo que este gran proyecto que es el HSM, esté en el sitio que esté, siga adelante ayudando a todas las personas que lo necesiten y que como es lógico siempre que pueda iré a colaborar los domingos al reparto, pero también estaré en su local llamado "El quijote" disfrutando de una noche con camaradas y amigos tranquila sin el bullicio de la gente de la noche madrileña.

MANTENERSE EN PIE ANTE UN MUNDO EN RUINAS